Origen y composición de las piedras

Obtenga información sobre los dos factores principales que determinan las características de las piedras.

Origen: ¿cómo se formó la piedra?

  • Ígnea
  • Sedimentaria
  • Metamórfica

Composición: ¿de qué está hecha la piedra?

  • Silicatos
  • Carbonatos de calcio

I. Origen
Piedra ígnea: "surgida del fuego"
El granito proviene de las rocas ígneas, que se formaron lentamente y que se enfriaron bajo tierra. Los minerales que contienen toman la forma de motas pequeñas, que suelen estar dispersas de manera uniforme en toda la piedra. Otros tipos de piedras presentan vetas (ondulaciones lineales), como el mármol. Son duras (no se rayan con el acero) y densas.

Piedra sedimentaria: "cementado de gránulos"
En esta categoría, se incluirían la arenisca y la piedra caliza. Estas piedras se forman con la compactación de gránulos o trozos de cualquier tipo de material rocoso existente. Es posible que, con el movimiento de las placas tectónicas terrestres, estas rocas existentes se hayan erosionado, trasladado, depositado y cementado durante millones de años. De la formación de los continentes al movimiento producido por un terremoto o a la erupción de un volcán, todos estos eventos han contribuido a la formación de esta piedra. Las piedras sedimentarias incluso pueden contener fósiles u otras características distintivas que se formaron al momento de la deposición.

Piedra metamórfica: "con estructura modificada"
El mármol y la pizarra son piedras metamórficas. Se formaron con una presión y una temperatura muy altas, por debajo del punto de fusión. La presencia de espirales, patrones lineales o franjas es una característica clave. La pizarra es una roca metamórfica de grano fino, que se parte en trozos planos y casi lisos. El mármol es una piedra caliza metamórfica que pierde las sustancias fosilizadas y demás características durante la recristalización.

II. Composición mineral
Silicatos
En su mayoría, estas piedras están hechas de partículas semejantes al cuarzo, que se conocen como sílice. Estas piedras son muy duras y perdurables, y suelen ser resistentes a los ácidos. Ejemplos: granito, arenisca, pizarra y cuarcita.

Carbonatos de calcio
Los minerales que contienen estas piedras se formaron con la presión que ejercieron durante millones de años los cuerpos de criaturas diminutas fosilizadas. Estas piedras son más blandas y menos perdurables que los silicatos, y son sensibles a los ácidos. Ejemplos: piedra caliza, mármol y travertino.